Elisa Ruiz Martínez – Si el hombre pudiera decir lo que ama

Elisa Ruiz Martínez – Associate Director – School of Science & Technology. IE University.

Reading:

If only one could declare his love (Si el hombre pudiera decir lo que ama) by Luis Cernuda (1902 – 1963).

If only one could declare his love,
If only he could hoist his love in the sky,
Like a cloud in the rays of the sun;
If only, like crumbling walls,
To salute the truth standing amidst it all,
He could make his body collapse,
Leaving only the truth of his love,
The truth about himself
Something that isn’t called glory, luck or ambition,
But love or desire,
I would be the one I imagined;
He who, with his tongue, his eyes and his hands,
Proclaims in front of everyone the silenced truth,
The truth of his true love.

I know no freedom but the freedom of being imprisoned inside someone
The very sound of whose name makes me shiver;
Someone who overshadows my paltry existence,
Someone who makes my days and nights be whatever he wants them to be,
And my body and soul float in his body and soul
As though foundered timbers buoyed by the sea,
Freely, with the freedom of love,
The only freedom that overjoys me,
The only freedom I would die for.

You justify my existence:
If I haven’t known you, I haven’t lived;
If I shall die without having known you, I die not, for I haven’t lived.

—

Si el hombre pudiera decir lo que ama,
si el hombre pudiera levantar su amor por el cielo
como una nube en la luz;
si como muros que se derrumban,
para saludar la verdad erguida en medio,
pudiera derrumbar su cuerpo,
dejando sólo la verdad de su amor,
la verdad de sí mismo,
que no se llama gloria, fortuna o ambición,
sino amor o deseo,
yo sería aquel que imaginaba;
aquel que con su lengua, sus ojos y sus manos
proclama ante los hombres la verdad ignorada,
la verdad de su amor verdadero.

Libertad no conozco sino la libertad de estar preso en alguien
cuyo nombre no puedo oír sin escalofrío;
alguien por quien me olvido de esta existencia mezquina
por quien el día y la noche son para mí lo que quiera,
y mi cuerpo y espíritu flotan en su cuerpo y espíritu
como leños perdidos que el mar anega o levanta
libremente, con la libertad del amor,
la única libertad que me exalta,
la única libertad por que muero.

Tú justificas mi existencia:
si no te conozco, no he vivido;
si muero sin conocerte, no muero, porque no he vivido.